Orgullosos de nuestras agrupaciones

Así es como debemos sentirnos de nuestras agrupaciones musicales, alcalaínos, orgullosos.

Esta semana casualmente han publicado ambas sus videos promocionales del nuevo curso 2013-2014, los cuales adjunto a continuación: (por orden de subida)

                         



                      

¡Qué elegantes van nuestros músicos! ¿Verdad? Todos pensamos al ver tocar o desfilar a los músicos de una banda que quién pudiera ser uno de ellos, y engalanarse cada Semana Santa dispuestos a recorrerse cientos de pueblos instrumento en mano. Todos hemos pensado alguna vez que aquello de desfilar, solfear, tocar, y sentir a la vez deben de ser demasiadas cosas para hacer simultáneamente, sin embargo, pocas veces se para alguien a pensar cuánto hay que recorrer antes de hacer todo eso.
     Hoy en día tenemos a mano diversos medios a través de los cuales expresar nuestra opinión, y no dudamos en usarlos a veces hasta refugiados en el anonimato. Todo esto es una herramienta tremendamente cómoda y buena, siempre y cuando no olvidemos una regla moral que deberíamos tener en cuenta antes de verter nuestra opinión a un público, y es el buscar la constructividad de nuestra opinión. Es común encontrarse en cualquier sitio web opiniones que a veces sin querer, y a veces queriendo, han traspasado la frontera de la constructividad, y han pasado a ser auténticos ataques hacia un colectivo en concreto, en este caso las agrupaciones musicales (no sólo de Alcalá, sino de cualquier territorio de la geografía española).  
     ¿Quién no ha leído alguna vez algo parecido como: cada día suenan peor, no guardan las filas, cada vez son menos, siempre tocan lo mismo, o deberían dedicarse a otra cosa? Yo pienso que ante estas opiniones deberíamos recapacitar individualmente, y pararnos a pensar si realmente somos conscientes de cuántas horas estos músicos han podido ensayar una marcha, a cuántos eventos y citas habrán faltado los miembros de una banda por tener un ensayo, cuánto empeño y esfuerzo han puesto en sacar brillo a sus instrumentos, a planchar ese traje, y dejar los zapatos relucientes.
     Nosotros en Alcalá debemos sentirnos orgullosos de nuestras agrupaciones, por llevar el nombre de nuestra ciudad a lo más alto de allá donde vayan, por regalarnos tantos conciertos y certámenes, por arrancar esa cantidad de aplausos y sentimientos a su público, y por estar siempre dispuestas a actuar en cualquier evento. Tengamos en cuenta la cantidad de horas de esfuerzo individual y colectivo, la labor de enseñar a 40, 50, 60, y hasta 70 miembros una serie de nociones musicales, y que es mucho el valor que tienen que sacar estos músicos para salir a un escenario o formación e interpretar marchas aun sabiendo a la lluvia de halagos o críticas a la que se enfrentan.
     Por eso, ya es hora que se le haga un pequeño tributo a estas dos grandes corporaciones y a todos aquellos que las forman, desde el más pequeño hasta el más anciano, y que digamos a los cuatro vientos que vivan nuestras agrupaciones musicales complutenses.

Mucho ánimo y suerte a la A.M. Jesús de Medinaceli y a la A.M. La Columna, y que puedan seguir regalándonos sus sones durante muchísimos años.