Sólo 43 días nos separan de La Gloria, y es que estamos mucho más cerca de alcanzarla que lo que de verdad nosotros creemos.
El azahar ya está floreciendo, Nuestra Madre ya se ha despojado de cualquier lujo para vestirse de hebrea, y las calles se han convertido en el hogar de costaleros y anderos.
Todo se está acercando muy poquito a poco, y siempre de frente, como si de una larga pero tranquila chicotá se tratara, y en el núcleo de las Hermandades ya se ha producido esa magia que trae el prepararse para hacer frente a su Estación de Penitencia.
En el caso de la Esclavitud Nazarena, ya se han publicado los carteles que pronto colgarán de muros, farolas, y demás, anunciando la salida en procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, y su madre, María Santísima de la Trinidad.
Este año se trata de un fino montaje en ambos carteles. En el primero encontramos al titular Nazareno mirando al frente, esperando a ser condenado, y en la esquina superior, le mira llorando aquella que día tras día y desde 1999 no se ha separado de su lado.
En el caso del segundo cartel, es decir, el de la Procesión Trinitaria, la trama la desarrollan una fila de penitentes, entre la que destaca el estandarte de la cofradía, escoltado por dos mantillas, que luce el escudo de Esclavitud Trinitaria en su parte visible de la foto. Sobre este contexto, se encuentra la Imagen de Jesús de Medinaceli.
Desde la Junta de Gobierno de la Esclavitud se recalca su eterno agradecimiento hacia Loren Fernández (autora también del cartel de la Semana Santa 2014), y su inestimable colaboración.
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